jueves, 15 de diciembre de 2016

Premio Nobel 2016


El japonés Yoshinori Ohsumi (Fukuoka, 1945) ha sido galardonado hoy con el premio Nobel de Medicina por el descubrimiento de los mecanismos de la autofagia, el sistema de reciclaje del organismo. La palabra autofagia tiene su origen en el idioma griego y quiere decir "comerse a uno mismo". El concepto emergió durante la década de 1960, cuando los investigadores observaron que las células podían destruir sus propios contenidos, encerrándolos en membranas y enviando los vesículos resultantes al lisosoma, un orgánulo celular encargado del reciclaje, según ha detallado en un comunicado el Instituto Karolinska, que otorga el premio.Poco se sabía sobre este fenómeno, hasta que a comienzos de la década de 1990, "en una serie de experimentos brillantes" con levaduras de panadero, según el Karolinska, Ohsumi identificó los genes de la autofagia. El investigador japonés trabajaba entonces en el Instituto de Tecnología de Tokio."Los descubrimientos de Ohsumi condujeron a un nuevo paradigma en nuestra comprensión sobre cómo la célula recicla su contenido", prosigue el comunicado. El japonés observó que las células humanas empleaban una maquinaria similar a la de las levaduras. Desde entonces, la comunidad científica ha detectado que las mutaciones en los genes de la autofagia pueden provocar enfermedades. Y que el propio proceso de autofagia está implicado en varios trastornos, incluyendo el cáncer y el párkinson, además de participar en la respuesta a las infecciones y en la adaptación a la falta de alimento.El científico belga Christian de Duve acuñó el término autofagia. Ganó el premio Nobel de Medicina de 1974 por el descubrimiento del lisosoma dos décadas antes. Su equipo había descrito un nuevo orgánulo celular que contenía enzimas que digerían proteínas, azúcares y grasas. Posteriormente, se observó que la célula podía llevar grandes cantidades de material al lisosoma para su degradación, dentro de vesículas llamadas autofagosomas.

Premio Nobel 2015

Tres investigadores que han desarrollado nuevos tratamientos contra infecciones de la pobreza causadas por parásitos han sido galardonados con el premio Nobel de Medicina 2015. Los premiados son la científica china Youyou Tu , por el desarrollo de la artemisina contra la malaria; y el japonés Satoshi Omura y el irlandés afincado en EE.UU. William Campbell, por el desarrollo de la ivermectina contra las infecciones causadas por gusanos nematodos como la elefantiasis y la oncocercosis.
“El impacto de estos fármacos va más allá de reducirla enfermedad. Permiten que los niños vayan a la escuela, que los adultos vayan a trabajar y que salgan de la pobreza”, ha declarado Hans Fossberg, miembro del Comité Nobel, al anunciar los premios. “Representan un cambio de paradigma en la historia de la medicina, no sólo en cuanto a tratamientos, sino en aportar bienestar y prosperidad tanto a las personas como al conjunto de la sociedad”.
Artemisina contra la malaria
Youyou Tu, nacida en 1930, se formó como farmacóloga en la Universidad Médica de Pekín y ha desarrollado casi toda su carrera en la Academia de Medicina Tradicional China. A finales de los años 60, mientras trabajaba en un proyecto militar para buscar nuevas terapias contra la malaria, recurrió a plantas utilizadas en la medicina tradicional e identificó una candidata prometedora a partir de un extracto dela planta Artemisia annua.
Los primeros resultados fueron poco concluyentes, pero Youyou Tu siguió adelante con la investigación y consiguió extraer la artemisina, un compuesto capaz de matar los parásitos de la malaria en las fases tempranas de su desarrollo. Hoy día este fármaco se utiliza en todas las regiones del mundo afectadas porla malaria. Contribuyó a mejorar el tratamiento de la enfermedad en un momento en que los fármacos utilizados hasta entonces, la cloroquina y la quinina, estaban perdiendo eficacia. Se estima que, sólo en África, el continente más castigado por la enfermedad, la artemisina salva en la actualidad más de 100.000 vidas cada año.
Por este avance, Youyou Tu recibirá la mitad del premio Nobel, que está dotado con ocho millones de coronas suecas (unos 850.000 euros). Se trata de la primera mujer china que gana un premio Nobel y del primer Nobel de ciencia que se otorga por una investigación realizada en China (aunque anteriormente lo habían ganado otros científicos nacidos en China por investigaciones realizadas en EE.UU.).
Ivermectina contra las infecciones por nematodos
La otra mitad del premio se repartirá a partes iguales entre el japonés Satoshi Omura y el irlandés William Campbell, que descubrieron un nuevo tratamiento contra las infecciones causadas por gusanos nematodos.
Gracias a sus investigaciones, la oncocercosis y la elefantiasis, que eran infecciones comunes y extremadamente graves en regiones tropicales, “están cerca de ser erradicadas”, ha destacado Hans Fossberg en la rueda de prensa en que ha anunciado el premio y que se ha retransmitido por streaming.
Satoshi Omura, nacido en 1935, obtuvo un doble doctorado como farmacólogo y como químico y ha desarrollado la mayor parte de su carrera enla Universidad Kitasato, una institución privada de Tokio, donde actualmente mantiene una plaza de profesor emérito.
William Campbell, por su parte, nació en Ramelton (Irlanda) en 1930 y emigró a Estados Unidos después de licenciarse por la Universidad de Dublín. Se doctoró por la Universidad de Wisconsin y ha desarrollado casi toda su carrera profesional en el Instituto Merck de Investigación Terapéutica en Nueva Jersey (EE.UU.). Actualmente es investigador emérito en la Universidad Drew, también de Nueva Jersey.
Omura centró sus investigaciones en las bacterias del género Streptomyces, de las que ya se sabía que producen sustancias con acción antibacteriana (como el antibiótico estreptocimicina, cuyo descubrimiento fue premiado con el Nobel en 1952 por su eficacia contra la tuberculosis). Trabajando con muestras obtenidas de la naturaleza, consiguió aislar miles de cepas de Streptomyces. Selecccionó unas cincuenta, que consideró las más prometedoras. A partir de una de ellas, que había obtenido de tierra recogida de un campo de golf, consiguió curar a ratones infectados con nematodos.
Campbell adquirió los cultivos de Omura y continuó las investigaciones. En investigaciones realizadas en los años 70 del siglo XX, demostró que contenían un componente eficaz contra infecciones comunes de animales domésticos y de granja, y que aún hoy se utiliza en veterinaria. Purificó el componente, al que llamó avermectina, y lo modificó químicamente para aumentar su eficacia. Obtuvo así un fármaco llamado ivermectina, que demostró ser eficaz contra infecciones causadas por nematodos.

Premio Nobel 2014

La carrera de los tres científicos ha estado centrada en la investigación del cerebro, que les ha permitido descubrir el "GPS interno" que posibilita la orientación en el espacio.
O'Keefe, nacido en 1939 en Nueva York, es doctor de psicología fisiológica por la Universidad McGill de Canadá en 1967.
Posteriormente se trasladó al University College de Londres para estudios de postdoctorado, donde en 1987 fue nombrado catedrático de neurociencia cognitiva.
O'Keefe, que también posee la ciudadanía británica, es actualmente director del Centro Wellcome Sainsbury de Circuitos Neuronales y Comportamiento en el University College de Londres.
El laureado descubrió en 1971 que un tipo de células nerviosas en el hipocampo siempre se activaban cuando una rata se encontraba en un lugar determinado de una habitación y que otras lo hacían cuando el animal estaba en otro punto.
A partir de esta constatación y fascinado por la cuestión de cómo el cerebro controla el comportamiento, planteó que estas "células de lugar" constituyen un mapa interno del entorno.
Durante toda su carrera, O'Keefe ha estudiado el hipocampo y su papel en la memoria espacial y la orientación, cuya pérdida es significativa en trastornos como el Alzheimer.
Su descubrimiento de que el hipocampo contiene neuronas que codifican la localización determinada de un animal le hizo merecedor este año también, junto a Marcus E. Raichle y Brenda Milner, del Premio Kavli de Neurociencia.
May-Britt Moser nació en 1963 en Fosnavåg, Noruega, estudió psicología en la Universidad de Oslo junto a su futuro marido y también premiado hoy con el Nobel, Edvard Moser, y se doctoró en neurofisiología en 1995.
Fue alumna de postdoctorado en la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y científica invitada en el University College de Londres, donde trabaja O'Keefe, antes de trasladarse en 1996 a la Universidad noruega de Ciencia y Tecnología de Trondheim.
En 2000 fue nombrada catedrática de neurociencia y actualmente es directora del Centro de Computación neuronal en Trondheim.
Edvard Moser nació en 1962 en Ålesund, Noruega, y es doctor en neurofisiología por la Universidad de Oslo en 1995.
Fue alumno de postdoctorado junto con su esposa en la Universidad de Edimburgo y después también científico invitado en el laboratorio de O'Keefe en Londres.
En 1996 regresa junto a su esposa a Noruega, a la Universidad de Ciencia y Tecnología de Trondheim, donde es catedrático desde 1998.
Actualmente es director del Instituto Kavli de Sistemas de Neurociencia de Trondheim.
En 1996, O'Keefe se convirtió en mentor del matrimonio Moser en el estudio de cómo registrar la actividad de las células en el hipocampo.
En 2005, más de tres décadas después del hallazgo de O'Keefe, May-Britt y Edvard I. Moser descubrieron "otro componente clave" del sistema de posicionamiento del cerebro, al identificar otras células nerviosas que generaban un sistema coordinado y permitían de forma precisa situarse en el espacio.
O'Keefe y el matrimonio Moser fueron galardonados en 2013 con el Premio Horwitz de la Universidad de Columbia (EE. UU.) por sus trabajo, realizado en animales, que "podría conducir a nuevos tratamientos contra el Alzheimer y otros trastornos neurológicos que podrían afectar a las capacidades espaciales del cerebro", según dicho centro académico.
El Instituto Karolinska de Estocolmo dividió hoy el premio en dos partes: la primera para el estadounidense y la segunda para los dos noruegos.
Los galardonados compartirán un premio de 8 millones de coronas suecas (879.000 euros, 1,1 millones de dólares).

Premio Nobel 2013

Los estadounidenses James E. Rothman, Randy W. Schekman y el alemán (de origen, aunque residente en EEUU) Thomas Südhof, quien ha recibido la noticia en Baeza (Jaén), son los galardonados este año en el Nobel de Medicina y Fisiología por sus descubrimientos en la maquinaria de la regulación del tráfico celular.
El jurado ha destacado que los tres premiados han permitido conocer con precisión los principios que gobiernan cómo las moléculas se transportan al compartimento adecuado de la célula en el momento preciso. Como han explicado durante la presentación de los tres científicos, sus trabajos han sido clave para conocer el sistema de transporte de las células, y cómo éste mejora la eficiencia de muchas funciones celulares.
Cada célula es una fábrica que produce y exporta moléculas. Por ejemplo, la insulina se fabrica y libera en la sangre y señales químicas llamadas neurotransmisores son enviadas de una célula nerviosa a otra. Estas moléculas son transportadas a la célula en pequeños paquetes llamados vesículas. Los tres Nobel galardonados han descubierto las principales moléculas que gobiernas cómo esta carga es liberada en el lugar adecuado en el momento adecuado dentro de la célula.
Randy Schekman quedó fascinado por cómo la célula organiza su sistema de transporte y utilizó levaduras como un modelo de estudio. Él descubrió un conjunto de los genes que son necesarios para el tráfico de estas vesículas. James Rothman desenmarañó la maquinaria proteica que permite a las vesículas unirse a sus células dianas para permitir la transferencia de ese cargamento. Por su parte, Thomas Südhof se centró en cómo las células nerviosas se comunican entre sí en el cerebro y cómo logran con precisión esa conexión en cada momento.
Precisamente Südhof ha recibido la noticia de su galardón en Baeza (Jaén) donde está impartiendo hoy una conferencia en el simposio 'El tráfico de membranas en la sinapsis', dentro de unas jornadas organizadas por José A. Esteban, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM); Juan Lerma, del Instituto de Neurociencias de Alicante y Thomas L. Schwarz, de la Escuela Médica de Harvard, en Boston (EEUU). Según ha explicado a ELMUNDO.es el propio Lerma, el alemán ha recibido la llamada anunciándole la noticia cuando viajaba desde Madrid hasta Baeza, donde se ha 'encerrado' en un despacho a atender las felictaciones telefónicas antes de intervenir en el curso a las 16.00.
Gracias a sus descubrimientos, Rothman, Schekman y Südhof han revelado el sistema exquisitamente preciso que controla el transporte y liberación de la carga celular. Si este sistema se altera puede conllevar múltiples y graves efectos y contribuir a enfermedades neurológicas, diabetes y trastornos inmunológicos.
Este sistema de control es como un gran, y ocupado, puerto naval donde cada barco tiene que dejar su carga en el lugar y momento adecuado. Las células producen hormonas, neurotransmisores, citoquinas y enzimas que tienen que ser liberadas en otros lugares dentro de la célula o enviadas fuera de ella, exactamente en el momento adecuado. Ese lugar y ese momento lo es todo.
Las vesículas, similares a pequeñas burbujas, rodean la membrana celular y son ellas las que trasladan la carga entre orgánulos o si se unen a la membrana celular externa y liberan su carga fuera. Esto es de gran importancia, ya que desencadena la activación de las neuronas en el caso de que las sustancias liberadas sean neurotransmisores, o controla el metabolismo, en el caso de las hormonas

Premio Nobel 2012

El japonés Shinya Yamanaka y el británico John B. Gurdon han sido galardonados con el Premio Nobel de Medicina de 2012. En esta ocasión, el Instituto Karolinska de Suecia ha querido distinguir a ambos científicos por sus aportaciones clave en el ámbito de la reprogramación celular.
"Sus hallazgos han revolucionado nuestro conocimiento sobre cómo se desarrollan las células y los organismos", ha señalado la organización en un comunicado.
"Este premio", continúa el texto, "reconoce a quienes descubrieron que las células maduras, especializadas, pueden reprogramarse para volver a ser células inmaduras, capaces de convertirse en todos los tejidos del cuerpo", subraya.
Desde 1901, la academia sueca concede anualmente esta distinción,dotada con 10 millones de coronas suecas (1,08 millones de euros), a la figura que haya realizado el descubrimiento más importante en el campo de la fisiología o la medicina.
Entre los favoritos para el galardón de 2012 figuraban también David Allis y Michael Grunstein, por sus avances en epigenética. Además, sonaban con fuerza los nombres de Anthony Pawson y Anthony Hunter, quien ya recibió el Premio Príncipe de Asturias en 2004 por sus aportaciones en el conocimiento del crecimiento y división celular.
Sin embargo, finalmente, han sido Yamanaka y Gurdon los elegidos por sus avances que "han hecho cambiar los libros de texto" y "han creado nuevas oportunidades para el estudio de las enfermedades y el desarrollo de métodos para diagnósticos y terapias", tal y como ha avanzado la organización.

Premio Nobel 2011

Bruce A. Beutler, Jules A. Hoffmann y Ralph M. Steinman (fallecido el pasado viernes) han sido los ganadores del Premio Nobel de Medicina y Fisiología de 2011, un galardón que, cada año, concede el Instituto Karolinska de Suecia. Según ha anunciado la organización en un comunicado, estos científicos son merecederos de este reconocimiento por sus aportaciones en el ámbito de la inmunología y las vacunas.
La mitad del galardón ha sido concedida a Beutler y Hoffman por "sus descubrimientos relativos a la activación del sistema inmune", mientras que la otra mitad ha recaído en Steinman por "su descubrimiento de la célula dendrítica y su papel en la inmunidad adaptativa".
El estadounidense Bruce Beutler, el francés Jules Hoffmann y el canadiense Ralph Steinman se repartirán así una dotación de 10 millones de coronas suecas (aproximadamente 1,08 millones de euros). Estos tres prestigiosos investigadores se unen así a la larga lista de premiados por la Academia sueca, que desde 1901 apoya el genio intelectual con estos galardones.
La inmunología es un ámbito que ya ha recibido "un buen número de premios Nobel", según recuerda el doctor Manuel Juan, del Hospital Clinic de Barcelona y la Sociedad Catalana de Inmunología. Sin embargo, se trata de una especialidad "poco desarrollada en nuestro país", según lamenta este experto.
"Hasta los años 90 no entró en la Universidad [española], a pesar de que hay gente dedicada a la inmunología desde el siglo XIX", explica Juan. "Es una ciencia transversal que ha tardado en desarrollarse, pero el nivel de producción científica es muy alto", añade.
Según ha destacado la Academia sueca, los descubrimientos que han sido premiados por el Nobel de Medicina han hecho posible el desarrollo de nuevos métodos para hacer frente a las enfermedades, como las vacunas de última generación o las terapias que luchan contra el cancer a través de la activación del sistema inmunitario.
Por otro lado, estos hallazgos también son claves para entender por qué el sistema inmunitario a veces ataca a su propio organismo -como ocurre en las enfermedades autoinmunes-, lo que ha arrojado nuevas pistas para encontrar tratamientos contra estos trastornos.

Premio Nobel 2010

Robert Edwards ha sido el ganador del Premio Nobel de Medicina y Fisiología, concedido por el Instituto Karolinska de Suecia, por el "desarrollo de la fecundación 'in vitro'", según el comunicado de la organización.
Entre los favoritos este año sonaban los nombres de Douglas Coleman del Laboratorio Jackson en Bar Harbor (Maine) y Jeffrey Friedman de la Universidad Rockefeller (Nueva York), por su descubrimiento de la leptina -hormona relacionada con el apetito y la obesidad-. También figuraba entre los candidatos el japonés Shinya Yamanaka por su descubrimiento de la reprogramación celular.
Pero finalmente el premio, dotado de 10 millones de coronas suecas (1,08 millones de euros), ha recaído sobre Robert Edwards, antiguo investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), que en 1968 realizó junto a Patrick Steptoe la fertilización de un óvulo humano fuera del organismo de la mujer. Éste sería el primer paso hacia la fecundación 'in vitro' que daría lugar a la primera niña probeta del mundo, Louise Brown, en 1978.
Steptoe falleció dos décadas después de lograr la fecundación artificial -por eso no se le ha otorgado el Nobel- pero el trabajo que llevó a cabo con Edwards ha recibido numerosos galardones, entre ellos el prestigioso Premio Albert Lasker de Investigación Médica en 2001. Desde entonces, el investigador británico ha permanecido en un segundo plano por sus problemas de salud.
Su nombramiento ha estado marcado por la polémica debido a la filtración del nombre de Edwards como ganador del premio. La noticia aparecía publicada en el diaron Svenska Dagbladet antes de que el anuncio fuera oficial.